domingo, 24 de julio de 2011

¡Penal!

    Abrió los ojos, corrió la cortina y el sol le dio de lleno en la cara. Como todos los domingos de los últimos veinte años Juan se levantó y se lavo los dientes, en la cocina lo esperaban su mujer Maria y su hija Verónica con el desayuno preparado. Saludó a ambas, se sentó en la cabecera de la mesa, tomo un sorbo de café y aquel cosquilleo que sintió en la panza le hizo recordar que ese fin de semana no era uno mas, ese domingo dirigiría su ultimo partido como arbitro profesional.
    Cerca de las doce del mediodía abandonó su casa y se dirigió hacia la cancha de Lincoln F.C. En el camino recordó rápidamente sus veinte años de trayectoria, anécdotas como aquella vez que tuvo que salir en patrullero de Paso de los Libres por no haber cobrado tres claros penales a favor de Puente Seco ó cuando en Mar del Plata los simpatizantes de Kimberley invadieron el campo de juego por no cobrar una mano de un contrario en su propia área. Todas las anécdotas estaban relacionadas con algún penal no cobrado, es que Juan tenia un curioso record, nunca pero nunca en sus veinte años de trayectoria había cobrado un penal.
    Hacia dos años que residía en Lincoln y arbitraba la liga regional. Ese domingo tan especial le había tocado dirigir Lincoln F.C contra Club Rivadavia de la misma ciudad.
    A las catorce en punto, Juan y sus dos asistentes asomaron la cabeza por el túnel y salieron al campo de juego. La cancha lucia llena, muchísima gente se hizo presente aquella tarde para ver el partido. Luego de la salida de ambos equipos y del sorteo, Juan se persigno, miro al cielo, recibió la confirmación de ambos arqueros y dio comienzo a su ultimo partido como arbitro.
    El primer tiempo culminó con un aburrido 0-0, típico clásico donde se enfatizó mas en defender que en mirar el arco rival. El segundo tiempo comenzó con mas ritmo, Lincoln F.C. se adueño del mediocampo y así empezó a generar peligro sobre la valla defendida por Raúl Manfredini. Mas allá de esto el partido no presentaba ninguna complicación para la terna arbitral, no hubo ningún faul dudoso como así tampoco un off side mal cobrado.
    Cuando el reloj marco los noventa minutos y todo hacia presuponer que el partido culminaría 0-0 el defensor lateral izquierdo del equipo local lanzo un centro al corazón del área para la entrada solitaria del 9, Manfredini también salio en busca de la pelota con tanta mala suerte que su puñetazo se incrusto en la boca del delantero quien termino inconciente en el suelo, ¡Penal!, ¡Lo vio toda la cancha!, Juan dudo pero no tuvo mas remedio que cobrar la pena máxima, era penal sobre la hora para Lincoln F.C.
    Alberto González, el numero 5, se preparaba para la ejecución. Juan había indicado que era la ultima jugada del partido, se pateaba el penal y terminaba el encuentro por lo que todos los jugadores se agruparon en el circulo central para ver la definición. Esa no solo era la ultima jugada del partido sino que también lo era de la carrera de Juan como Arbitro. Dio la orden, González llego a la pelota, pateo y…¡Manfredini! Contuvo el disparo sobre su palo izquierdo, el clásico de la ciudad terminaba 0-0. En medio de los saludos y cambios de remeras entre los jugadores Juan se retiraba cabizbajo hacia el vestuario, de esta manera terminaba su carrera, había sido el único arbitro que nunca cobro un penal y cuando lo cobro, lo erraron.

Leonardo Diana.

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